Summary: | El desarrollo socioeconómico y tecnológico es un proceso ambivalente: junto a grandes beneficios para la humanidad ha comportado también un conjunto de dificultades. Entre éstas, una de las más llamativas es la cuestión ecológica, a la que está íntimamente ligado el crecimiento demográfico: la teología ha puesto en ella un especial interés. Este artículo quiere exponer el tema para evitar caer en fáciles extremismos.La necesidad de respetar las exigencias morales: el destino universal de los bienes, impone límites al uso de la naturaleza. El dominio confiado al ser humano por el Creador no es un poder absoluto. La limitación impuesta por Él mismo desde el principio, y expresada simbólicamente con la prohibición de “comer del fruto del árbol de la Ciencia del bien y del mal”, muestra claramente que, ante la naturaleza visible, estamos sometidos a leyes no sólo biológicas, sino también morales, cuya transgresión no queda impune (Cf. Sollicitudo Rei Socialis 34).
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