Escuela católica, escuela de misericordia
El Santo Padre Francisco, a quien podríamos considerar ciertamente como un excelente pedagogo, porque de manera asequible y sencilla nos aproxima a los hondos misterios de nuestra fe y a la par nos interpela permanentemente con sus gestos y palabras para que seamos cristianos auténticos, quiso celeb...
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Format: | Electronic Article |
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CEBITEPAL
2016
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Medellín
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Educación
B Experiencias Pastorales B Chile B Pastoral |
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Summary: | El Santo Padre Francisco, a quien podríamos considerar ciertamente como un excelente pedagogo, porque de manera asequible y sencilla nos aproxima a los hondos misterios de nuestra fe y a la par nos interpela permanentemente con sus gestos y palabras para que seamos cristianos auténticos, quiso celebrar el 50º aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, en un contexto mundial complejo de una tercera guerra no declarada, con este jubileo extraordinario y señalando como lema: “Misericordiosos como el Padre”. Para la escuela católica, fiel al mandato misional del Maestro de “Id…haced discípulos…y enseñad” (Cfr. Mt 28, 19-20) este año se constituye en una excelente oportunidad para refrescar los rasgos característicos de su identidad, que de manera clara se han venido insistiendo desde la inolvidable declaración Gravisimmun Educationis, todos los documentos emanados desde la Sagrada Congregación para la Educación Católica y el magisterio pontificio mismo: Una escuela que encuentra su razón y sentido en el evangelizar, a través de una educación integral de calidad, con sentido de cuerpo, construyendo comunidad, en diálogo con las culturas, con una actitud abierta y pluralista, promoviendo la justicia. El Santo Padre Francisco, a quien podríamos considerar ciertamente como un excelente pedagogo, porque de manera asequible y sencilla nos aproxima a los hondos misterios de nuestra fe y a la par nos interpela permanentemente con sus gestos y palabras para que seamos cristianos auténticos, quiso celebrar el 50º aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, en un contexto mundial complejo de una tercera guerra no declarada, con este jubileo extraordinario y señalando como lema: “Misericordiosos como el Padre”. Para la escuela católica, fiel al mandato misional del Maestro de “Id…haced discípulos…y enseñad” (Cfr. Mt 28, 19-20) este año se constituye en una excelente oportunidad para refrescar los rasgos característicos de su identidad, que de manera clara se han venido insistiendo desde la inolvidable declaración Gravisimmun Educationis, todos los documentos emanados desde la Sagrada Congregación para la Educación Católica y el magisterio pontificio mismo: Una escuela que encuentra su razón y sentido en el evangelizar, a través de una educación integral de calidad, con sentido de cuerpo, construyendo comunidad, en diálogo con las culturas, con una actitud abierta y pluralista, promoviendo la justicia. |
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